El flamante gobierno brasileño bajo la conducción de Lula Da Silva anunció su retirada de la adhesión a la Declaración del Consenso de Ginebra celebrado en 2020. Recordemos que en octubre de ese año en pleno curso de la pandemia por COVID 19, bajo la presidencia de Bolsonaro y junto al entonces mandatario estadounidense Donald Trump, Brasil impulsó una declaración conocida como Consenso de Ginebra en el marco del Consejo de Derechos Humanos, que tergiversando explícitamente los objetivos de las Conferencias de derechos humanos de Cairo (1994) y Beijing (1995) restringía el marco de derechos sexuales y reproductivos, invocando la protección de la familia.
Más de 30 países adhirieron a ese documento que en una clara demostración de la estrategia reaccionaria global utilizaba instrumentos icónicos en el marco internacional de derechos humanos, para oponerse a la ampliación de estos. Un ejemplo claro de sus contenidos era la oposición al derecho al aborto y el énfasis en la defensa de la familia "natural" en clara ofensiva al concepto plural de familias, que comprende esta construcción en toda su diversidad.
En un comunicado los ministerios de Relaciones Exteriores, Salud, Mujer, Derechos Humanos y Ciudadanía anunciaron la retirada del país de esa declaración al considerar que el documento tiene "una comprensión limitante de los derechos sexuales y reproductivos y del concepto de familia." A su vez, el gobierno brasileño anunció su adhesión al Compromiso de Santiago y la Declaración de Panamá entendiendo que ambos "están plenamente alineados con la legislación brasileña pertinente, en particular en lo que respecta a la promoción de la igualdad y la equidad de género en diferentes esferas, la participación femenina en la política, el combate a todas las formas de violencia y discriminación, así como los derechos sexuales y reproductivos"