Cuando comenzamos el desarrollo del Proyecto CONOCIMIENTO E INCIDENCIA PARA LA REFORMA DEL CIE, ENTRE LA COMUNIDAD TRANS* DE AMÉRICA LATINA imaginábamos un proceso político y pedagógico que a partir del trabajo conjunto con activist*s pertenecientes a distintos países de la región, enriquecería los debates acerca de las condiciones de vida de las identidades trans* en América Latina.
La patologización de las identidades trans sigue siendo la manera de clasificar las existencias de muchas personas, desde una óptica no sólo binaria y heteronormativa, también colonial. La patologización ha sido la herramienta de la medicina y la psiquiatría de colonización de las identidades trans como un proceso de expropiación de cuerpos y vivencias como territorios que deben permanecer bajo determinados parámetros de control.
Este proceso de control que entiende las vidas que no responden a la heteronormatividad como enfermedades mentales, no está exento de sesgos racistas y de clase. La salud como parte de nuestras vidas, no se construye por fuera de intereses políticos. Son estas, entre otras, las cuestiones que pudimos problematizar, discutir, mapear, y poner en tensión.
En marzo, compartimos imágenes y algunas actividades de estas redes de despatologización que estamos tejiendo con les activistas que participaron en 2017 y 2018 de los taller de Incidencia política rumbo a la revisión de la CIE11.
En junio la OMS anunció que en la revisión de su manual de Clasificación Internacional de Enfermedades retiraría a la transexualidad de su lista de enfermedades mentales, pero se introdujo la categoría de incongruencia
de género para la adolescencia y adultez y para la infancia. El anuncio nos advierte que la lucha no ha sido en vano pero advierte también que es necesario continuar disputándole sentido al uso de eufemismos que se pretenden más correctos pero que no dejan de patologizar.
Hoy compartimos la memoria del taller que realizamos en marzo en Salvador de Bahía. Este documento narrativo recupera debates y propuestas de planes de acción de lxs activistas y dos videos para mirar sin cansarse: uno que expresa el proyecto en las voces de sus protagonistas, y otro del que nos invitó a participar Shane Cienfuegos, activiste no binarie de Chile y conductor* de I love Hormones.
Y esto no termina aquí: seguimos tejiendo redes despatologizantes, políticas, poderosas, provocadoras.